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lunes, 1 diciembre,2025

El periodismo

Aunque el periodismo en este país se ha convertido en una mierda, siempre quedan profesionales en los que la gente puede confiar para aliviar su curiosidad. El periodismo en España ha mutado, por una parte, en tropa abominable al servicio de los que mandan y les pagan a los periodistas y por otra en una corriente limpia de opinión, que ha permanecido inmune a las ofertas corruptas de la banda sanchista. Incluso Sánchez ha intentado comprar El País, un periódico clave en la bendita Transición, sin tener en cuenta que la operación le habría salido gratis utilizando la espuria publicidad institucional, porque como no tienen moral les da igual amañarla para comprar medios. El País, ahora con el francés Oughourdian a la cabeza, no es que haya cambiado mucho su apoyo al sátrapa. Yo creo que, como han denunciado algunos intelectuales que en su día abandonaron el periódico, en Prisa mandan unas feministas irredentas parecidas a Doña Croqueta (la comparación es mía) que tienen subyugadas a las redacciones de sus medios, en franco declive. Ahora el Gobierno quiere apartar de los actos que controla a medios pequeños, que subsisten en las redes con la misma dignidad –o más—que algunos de los más poderosos, aunque en realidad poderosos económicamente no merece llamarse ninguno de ellos. El periodismo en España, y hablo en general, es una profesión de robaperas y algunos periódicos exegetas del poder no son otra cosa que un nido de ratas grises de dientes afilados que defienden, muy bien pagados con dinero público, a su amado líder. Vamos, que por estos tipejos España sería Corea del Norte. Yo me avergüenzo de esta profesión, pero la he querido tanto que soy incapaz de abandonarla. Atrás quedan aquellas madrugadas en las que me llamaban del periódico porque se había averiado la rotativa, porque el Partido Comunista había organizado una huelga o porque se había estrellado un repartidor con su moto contra un camión. Incluso llegaron a despertarme porque no encontraban a un electricista para que reparara el desaguisado del cuadro eléctrico. ¿Y qué coño sé yo de cables y de palancas? Llevo 55 años en esto y sigo tan avergonzado como el primer día. Pero tan enamorado de esta profesión como cuando era un niño y enviaba mis crónicas al Aire Libre del querido y honesto periodista Julio Fernández. Hoy contemplo todo esto, cojo los viejos tomos encuadernados y me dan ganas de quemarlos, de pura desilusión. El esfuerzo no ha valido la pena. Las cosas están mal, porque Aquí Woodward y Berstein no existen, aunque sí depredadores a las órdenes de los mafiosos que gobiernan en España. Ah, y los que vienen no son mucho mejores, que conste.

Andrés Chaves
Andrés Chaves
Periodista por la EOP de la Universidad de La Laguna, licenciado y doctor en Ciencias de la Información por la Universidad Complutense, ex presidente de la Asociación de la Prensa de Santa Cruz de Tenerife, ex vicepresidente de la FAPE, fundador de la Facultad de Ciencias de la Información de la Universidad de La Laguna y su primer profesor y profesor honorífico de la Complutense. Es miembro del Instituto de Estudios Canarios y de la National Geographic Society.

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