Un nuevo golpe ha estremecido a Ucrania este sábado con el asesinato del expresidente del Parlamento, Andri Parubi, en un atentado a tiros perpetrado alrededor de las 11 de la mañana (hora local) en una céntrica calle de Leópolis, al oeste del país. El ataque, llevado a cabo por un agresor disfrazado de repartidor que huyó en bicicleta eléctrica, ha segado la vida de una de las figuras más relevantes de la política ucraniana, conocida por su papel en la Revolución del Maidán y su firme defensa de la soberanía nacional. El crimen ha desatado una ola de conmoción y especulaciones sobre un posible móvil político, mientras las autoridades intensifican la búsqueda del responsable.
El atentado ocurrió en el distrito de Sikhiv, una zona tranquila del sureste de Leópolis, lejos del frente de batalla en el este de Ucrania. Según fuentes policiales y un vídeo difundido por el periódico Ukrainska Pravda, Parubi, de 54 años, caminaba solo cuando un individuo, vestido con uniforme de repartidor y casco, lo abordó por la espalda. El agresor, que portaba un paquete como parte de su disfraz, disparó entre siete y ocho veces a quemarropa antes de cruzar la calle y huir en una bicicleta eléctrica. Los casquillos encontrados en la escena evidencian la brutalidad del ataque, que dejó a Parubi sin vida antes de que llegaran los servicios de emergencia.
El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, confirmó la noticia a través de su cuenta en X, calificando el suceso como un «horrendo asesinato». «El ministro del Interior, Ihor Klymenko, y el fiscal general, Ruslan Kravchenko, me han informado del terrible crimen en Leópolis. Andri Parubi ha sido asesinado. Mis condolencias a su familia y seres queridos», escribió, asegurando que se destinarán «todos los recursos necesarios» para capturar al culpable.
La Policía Nacional de Ucrania, junto con la policía regional y el Servicio de Seguridad (SBU), ha iniciado una operación conjunta para identificar al autor material del crimen y esclarecer su paradero. Por el momento, las autoridades no han revelado detalles sobre posibles sospechosos ni el móvil del atentado, aunque la precisión del ataque sugiere un alto grado de planificación.
Nacido en 1971 en Chervonograd, en la región de Leópolis, Andri Parubi fue un pilar del movimiento proindependentista ucraniano desde su juventud. A los 19 años, antes de la disolución de la Unión Soviética, ya era miembro del consejo local y participaba en protestas a favor de la soberanía nacional. Su trayectoria política, marcada por un firme rechazo a la influencia rusa, lo llevó a fundar en 1991 el Partido Social-Nacional de Ucrania, más tarde conocido como Svoboda, junto a Oleh Tiahnibok. Aunque abandonó las posturas de extrema derecha en 2004, su pasado nacionalista radical sigue siendo objeto de controversia.
Parubi destacó especialmente durante las protestas del Maidán de 2013-2014, desencadenadas por la negativa del entonces presidente prorruso Víktor Yanukóvich a firmar un Acuerdo de Asociación con la Unión Europea. Como líder de las unidades de autodefensa, organizó la resistencia en la plaza central de Kiev, protegiendo a los manifestantes con escudos improvisados frente a la represión policial. Su papel en la Revolución del Maidán lo convirtió en un símbolo de la lucha por una Ucrania proeuropea.
Tras la caída de Yanukóvich, Parubi ocupó cargos clave: fue secretario del Consejo Nacional de Seguridad y Defensa en 2014 y presidente del Parlamento (Verkhovna Rada) entre 2016 y 2019. Durante su mandato, impulsó una ley que reforzó el ucraniano como idioma estatal, enfrentándose a las políticas de «rusificación». En los últimos años, militaba en Solidaridad Europea, el partido del expresidente Petro Poroshenko, y mantenía una postura crítica hacia Rusia, abogando por el desmantelamiento del «imperio ruso».
El atentado no es un caso aislado. En julio de 2024, la exdiputada ultranacionalista Irina Farion fue asesinada en circunstancias similares en Leópolis, un crimen atribuido a agentes rusos por las autoridades ucranianas. Parubi mismo sobrevivió a un intento de asesinato en diciembre de 2014, cuando una granada fue lanzada contra un hotel donde se encontraba. Estos incidentes alimentan las sospechas de una campaña de eliminación selectiva contra figuras clave de la política ucraniana.
Ucrania pierde a uno de sus líderes históricos en un momento crítico, y el espectro de la inestabilidad planea sobre un país que se aferra a su resistencia frente a la agresión rusa.





