Yo no sé si ustedes conocen bien la historia de la extracción de los partidarios de María Corina Machado refugiados en el edificio vacío de la Embajada de Argentina, tutelada por Brasil, y rescatados en una perfecta operación de la CIA, parece que con la intervención de los seals de la Marina USA. Las cinco personas liberadas se encuentran hoy en los Estados Unidos y los sabuesos del Sebin, adormilados o beodos, no fueron capaces de detectar la maniobra de extracción del edificio, ni el traslado en helicóptero de los refugiados hasta lugar seguro y luego a USA. Lo mismo va a pasarles a los tres cabecillas del Cártel de los Soles, los amigos de Zapatero, que más temprano que tarde van a caer en poder de las autoridades norteamericanas. Maduro, que recula mucho ya en sus intervenciones públicas y que libera poco a poco a los presos políticos torturados en sus cárceles, es hoy el delincuente mundial por el que se paga una recompensa más elevada: 50 millones de dólares. Más que la que fue ofrecida en su día por Bin Laden. Diosdado Cabello, lo mismo que Maduro, está aterrado, chijado de miedo, durmiendo cada día en un lugar distinto pero casi siempre dentro de las instalaciones de Fuerte Tiuna, una enorme extensión militar situada entre las parroquias de Coche y El Valle, al suroeste del Distrito Metropolitano de Caracas. Allí se han construido miles de viviendas para altos cargos militares y allí reside la agrupación de tanques de Caracas, el principal instrumento represor para aplacar las revueltas ciudadanas internas alentadas por la oposición. En Fuerte Tiuna se han construido instalaciones deportivas, economatos militares con mercancía muy barata, tiendas, bancos y el complejo es como una pequeña ciudad, ideal para el refugio de quienes no quieren ser detectados por la CIA ni la DEA. Pero los chavistas saben que las dos agencias americana, la CIA y la DEA, tienen informantes dentro de Fuerte Tiuna, sobre todo entre militares de graduación menor (de tenientes a comandantes), que no participan de manera significativa del botín del Cártel de los Soles, ni del dinero de PDVSA, como sí lo hacen los coroneles y los generales. El cerco sobre Maduro no lo forman principalmente los buques de guerra y submarinos, ni los F-35 y aviones espía que patrullan por el Caribe, cerca de las costas de Venezuela y que tienen su base en Bonaire y Puerto Rico. El cerco se produce dentro mismo de Caracas y ya se demostró con la actuación de la CIA en la Embajada de Argentina. Hay centenares de agentes de las dos principales agencias norteamericanas trabajando en pisos francos de Caracas y de otras ciudades, preparando lo inevitable. Lo de los barcos es sólo una demostración de fuerza. La CIA sabe también dónde está el yerno de González Urrutia, Rafael Tudares, y si Maduro no lo libera –fue secuestrado el 8 de enero pasado– en estos días será extraído de la mazmorra donde lo han metido. Fue introducido en una camioneta dorada conducida por encapuchados, mientras dejaba a sus hijos menores en el colegio. Maduro no respeta nada ni a nadie, pero ahora se encuentra en horas bajas. No posee mucha capacidad de reacción. Tampoco Diosdado Cabello, ni el propio general Padrino, que controla las Fuerzas Armadas a nivel de “gorras grandes”, como se denomina en Venezuela a coroneles y generales, pero no tanto a ras de tropa. Incluso algunas guarniciones fronterizas con Guayana y Colombia no están demasiado contentas con sus mandos superiores. Y el ejército de patanes armado por Maduro no sirve para nada. ¿Para qué quieren los fusiles si en ningún caso va a haber una invasión terrestre? En el caso de una intervención, el trabajo lo harán drones y aviones. Maduro vive sus últimos días como gobernante. No podrán disfrutar, ni él ni sus principales secuaces, de la fortuna acumulada. Pero no será a costa de una guerra: los ciudadanos venezolanos casi ni se enterarán de nada hasta que el Gobierno de los Estados Unidos no anuncie que los responsables del Cártel de los Soles se hallen ya en su territorio, listos para ser juzgados y condenados. Si antes no logran volar a Cuba y a Nicaragua, los dos únicos países que podrían acogerlos en Latinoamérica, porque a Europa y Asia no van a dejarlos llegar, a no ser que vuelen en aeronaves de Rusia o de China, lo que no parece probable. Pronto, Delcy y su hermano Jorge tendrán también precios por sus cabezas. Venezuela es hoy una sucursal moderna del Far-West. Y el sheriff es Trump.
lunes, 1 diciembre,2025





