El fuego

La falta de presupuestos (va para tres años sin ellos) mantiene a España incapacitada en su combate contra el fuego. Se han producido este agosto, todavía están activos, los mayores incendios de la historia y tres provincias, Cáceres, Zamora, León y Orense, además de Madrid, se han visto azotados por siniestros pavorosos, con pérdidas de vidas humanas, animales y viviendas y producciones agrarias. Ha desaparecido hasta un pueblo entero. Pero no se dispone de aviones suficientes para apagar los fuegos, porque la ausencia de los presupuestos generales del Estado, prorrogados eternamente, hacen insuficientes los medios aéreos disponibles, que dependen del Gobierno central. También las sanciones a Rusia mantienen en tierra, por falta de repuestos, a varios helicópteros de esa nacionalidad que tienen contratados las comunidades autónomas. Los helicópteros rusos son los más adecuados para la lucha contra el fuego, por su resistencia, por la potencia de sus motores y por su capacidad de carga en las cubetas de agua que recogen del mar, de los embalses, de los estanques, de donde pueden. Estos medios son eficaces para “refrescar” el terreno azotado por el fuego y facilitar la labor de las brigadas terrestres. Lo peor es la falta de previsión de este Gobierno inoperante, que intenta resolver la situación sacando a sus ministros de sus vacaciones, que esto da igual, pero que no se muestra racional en la gestión de lo público. En fin, un desastre. El fuego ha suspendido las conexiones ferroviarias con Galicia, ha matado personas y animales y está causando zozobra en la población, que ve cómo España se quema. Ayer había 35 focos activos en diversas provincias españolas y en Zamora se ha producido el siniestro más grave del siglo. Nunca hubo un desastre igual desde 1968, según dicen los datos disponibles. De momento, por la buena labor de las brigadas forestales y de la vigilancia en los montes, Canarias se está salvando de los incendios este año, pero toquemos madera porque las temperaturas son insufribles en estos días y puede ocurrir cualquier cosa. Además, las detenciones en la península de varios pirómanos dan a entender que los fuegos forestales son, la mayoría de las veces, provocados o por la mala intención de estos locos o por descuidos imperdonables de otros insensatos. En fin, que no estamos viviendo días agradables en nuestro país y que las imágenes de los fuegos son impactantes y las pérdidas, de momento no calculadas, pueden ser de escándalo para el campo español por las miles de hectáreas que han sido pasto de las llamas.