El móvil

Están los sicólogos preocupados, muy preocupados, por el uso constante entre los jóvenes del teléfono móvil. Es una tortura china. Los padres irresponsables, para quitarse a los infantes de encima, les dan un móvil y que se entretengan. Hasta el juez Emilio Calatayud, que se jubila en estos días, ha alertado sobre el uso del móvil entre los jóvenes por lo que puede suponer de prejuicios para los chicos, incluso en el terreno penal. Yo, si fuera autoridad, este hombre no se me escapaba para un cargo relacionado con la juventud. Ha demostrado, como juez y como persona, que es un auténtico crack. De los que hacen mucha falta en España. El móvil es un instrumento diabólico, mal usado. Y casi todo el mundo lo utiliza para cuchichear en las redes, para crear bulos, para citarse y pelearse en masa, etcétera. Yo creo que el mundo empezó a desintegrarse a partir del uso generalizado del celular, que no ha traído sino perjuicios, sobre todo a los más débiles e incultos habitantes de este planeta, a los descerebrados y a los inconscientes. El anterior papa también alertó sobre el mal uso del móvil y yo creo que este aparato mefistofélico nos ha idiotizado un poco a todos. Así que yo ya no lo uso sino para cosas del periódico y para decir donde estoy, no hablo por el móvil si no es algo interesante y productivo. Es muy raro que ustedes me vean manipulando el celular en la calle y en casa sólo lo uso para recibir las llamadas de mis hijas o para llamarlas yo a ellas. No me interesan para nada ni las redes ni nada de nada. Los videos míos que aparecen por ahí me lo suben desde el periódico, porque yo no sé hacerlo, ni quiero aprender, y mis whatsapps diarios pueden contarse con los dedos de una mano, así que el móvil casi me sobra. Además, cada vez que me llama alguien, estoy meando, y la mayoría de las veces se pierde la llamada, por esta circunstancia cada vez más común, a mis años. Cuanto más meas más cerca estás de la muerte, este es un hecho inexorable. Y yo meo mucho. Y para esto es para lo que me da mi rollo de hoy, para nada más.