Con 77 euros de dietas al día, los 20 miembros de los Grupos Rurales de Seguridad de la Guardia Civil (GRS) desplazados a Lanzarote tienen que pagarse el hotel y las tres comidas, porque ni Sánchez ni la Bego les llevan un cortado. Son los encargados de proteger a Sánchez en La Mareta (Lanzarote), que es una residencia real, no presidencial, pero que Sánchez la usurpa con la excusa de que pertenece a Patrimonio Nacional. A estos agentes, pertenecientes a una unidad de elite de la Guardia Civil, se les priva de las vacaciones con sus familiares y se les obliga a dar protección a Sánchez, tanto en tierra como por mar, con lanchas neumáticas incluidas. Se incluyen en el grupo submarinistas y especialistas en desactivación de explosivos. Además, Sánchez, que es muy miedoso, cuenta también con varios miembros de su escolta, que se incorporan a la dotación, junto a patrullas de la Guardia Civil de Lanzarote. Un ejército para proteger al sátrapa monclovita. Toda esta parafernalia, a nivel local, la organiza el delegado del Gobierno, Anselmo Pestana, y Sánchez recibirá en La Mareta a éste y a Ángel Víctor Torres, cuyo “currículo”, por llamarlo de alguna manera, aparecerá en septiembre en los papeles de la UCO. Naturalmente, otro de los invitados, que este sí pernoctará en La Mareta, es Illa, su amiguito del alma, su verdadero puente con Puigdemont, y Zapatero veraneará en su chalé de Famara. Ahora va a ser el encargado de hablar con el prófugo hasta que logren meterlo en España, aunque Puchi entra y sale cuando quiere, según tengo entendido (dato sin confirmar). Al menos una vez entró y se le escapó –qué vergüenza— al Ministerio del Interior. Con 77 euros de dieta, que además tienen que adelantar de su bolsillo, a los agentes de los GRS no les da ni para un bocadillo y más como están los precios en Lanzarote. Imaginen a qué hotel podrán ir los encargados de la seguridad de Sánchez con estas cantidades. Se quedarán en la playa, digo yo. Sánchez vendrá con su mujer, la Bego, y las dos hijas del matrimonio. Trae cocineros, camareros y camareras y un ejército de escoltas. Además, el Falcon permanecerá en Lanzarote, por si el tal Sánchez se tuviera que desplazar. Y eso significa tripulación (tres personas) más uno o dos mecánicos del Ejército del Aire y del Espacio, especializados en los motores del Falcon, además de la pareja de la Guardia Civil que vigila permanentemente el avión, estacionado en el aeropuerto de Arrecife. ¿Cuánto nos cuesta esto? Pues mucho, pero ustedes le seguirán votando, ¿no?
lunes, 1 diciembre,2025





