¡Puchi podría regresar en agosto!

Si la sala de vacaciones del Tribunal Constitucional le da el visto bueno, Puchi, refugiado en Waterloo con frecuentes viajes a Suiza –será para colocar allí sus fondos, aunque Suiza sea hoy un enorme cristal—, podría regresar en verano a España. Pero, claro, digo yo que sería detenido por orden del instructor del Supremo. Algunos temen una jugadita de las de Conde-Pumpido, el discípulo aventajado de Sánchez en el tribunal español de garantías. Sería el colmo, pero esta tribu se atreve a todo, no tiene miedo a nada, así que no me extraña que Puchi reciba el plácet constitucional para regresar a la Cataluña de sus amores, en el mes de las vacaciones del controvertido TC. Yo creo que Puchi ha venido ya varias veces, a pelarse. Había un godo que desempeñaba un cargo público en Canarias, hace ya muchos años, que iba a pelarse a Madrid cada quince días. Era el exponente más genuino de su condición de godo. Pues a mí me han dicho que Puchi ha entrado muchas veces a España, que penetra por Perpiñán o por La Junquera, o por ahí, como Pedro Sánchez por La Moncloa. De noche, eso sí, porque de día, como no venga en un maletero, se le podría ver la jeta y la Meretérita no perdona. Parece que el CNI ha relajado su vigilancia en Waterloo, ya no se ven a los agentes del Centro Nacional de Inteligencia por los bares de la localidad. Yo conozco a algunos, pero no voy a estar preguntándoles, porque seguramente no me dirían la verdad, que es el verdadero oficio de espías, el disimule, el escaqueo, el disfraz de Mortadelo. Estén atentos a la sala de vacaciones del TC porque leo en algunos periódicos que entonces, en agosto, el TC tendría más impunidad que la que tiene ahora, que es del famoso 6-4. Cualquier cosa puede pasar en este país. Pero me da que Puchi le tiene mucho miedo a la mazmorra y no va a hacer más alardes, que ya hizo uno y le salió bien, para vergüenza de Marlasca y del Ministerio del Interior, de los Mossos y de toda la parentela catalana. En fin, ¿vendrá en tren o en tranvía? Que entre por Hendaya y que le dé recuerdos al vagón de Hitler, el más famoso de la historia, porque en ese vagón se entrevistó con Franco: “Prefiero que me arranquen una muela sin anestesia antes de volver a hablar con este hombre”, dicen que dijo herr Adolfo. Que ni chiquita pareja para jugar al tute.