Un bastón

Giorgia Meloni, que de pequeña vivió en La Gomera, donde sus padres tenían un restaurante de lujo, se ha reído de Sánchez cuando ha visto presumir a éste de que no ha firmado el documento del 5% del presupuesto español para defensa que exige la OTAN a sus países miembros. “Pero si ha firmado el mismo documento que nosotros”, ha dicho Meloni, acompañando el comentario con una carcajada. Giorgia Meloni, que es mucho más inteligente que Sánchez y que no es mentirosa como lo es Sánchez, sino una persona normal, se ha extrañado de la postura del felón de La Moncloa, el galgo de Paiporta o el teflón español. Sánchez se cree con poder para boicotear una reunión de la Alianza Atlántica, con Trump presente. Y lo han castigado: en la foto de familia lo colocaron en un rincón y en la cena lo mandaron lejos de la presidencia, en la que estaba Trump muy cerca de su amiga Giorgia Meloni, que a mí me encanta y a los italianos también  porque están orgullosísimos de ella. La verdad, Sánchez me cansa mucho ya y  yo creo que a los españoles, que vivimos pendientes de las malas noticias, también. A mí la situación hasta me ha afectado a los huesos y hoy encargué en la farmacia un bastón, porque resulta que hace años me caí estrepitosamente al suelo y, a la larga, se me ha originado una lesión lumbar, a la altura de la cadera, que me duele mucho, sobre todo cuando estoy mucho tiempo sentado y tengo después que caminar. Así que para salir a la calle y estar más seguro voy a usar un bastón, que me servirá también para defenderme de cualquier ataque enemigo. Porque uno, mientras se dedica a este oficio de escribidor, siempre tendrá enemigos. Y vi un bastón de aluminio en la farmacia que me gustó, así que me lo voy a comprar mañana e iré con dos artilugios por la calle: el carrito para la perra que me ha comprado mi hija, porque como la perrita tiene tres patas no la cargaré más, es que pesa 3,5 kilos, y el bastón, que da cierta elegancia, aunque se trate de un bastón de aluminio y no de un modelo de Antonio Gala, paz descanse. Juro contenerme si me encuentro con Sánchez, que Dios no lo quiera, porque yo a ese gafe le huyo.