Las pestañas de La Macarena

Arde Sevilla, más que por el calor, que también, porque le han cambiado las pestañas a La Macarena. En estos tiempos en que todo el mundo se pone bótox y se transforma el rostro, ni La Macarena ha escapado a la moda. Le han puesto unas pestañas excesivas y le han retocado la cara y esto parece que a la mayoría de los sevillanos no le ha gustado. No es la primera vez. Hace años, muchos años, sometieron a la imagen a otro lifting, que fue menos contestado. Es que las imágenes, por muy milagrosas que sean, se deterioran, y se hace preciso restaurarlas. El especialista, que ayer mismo le recortó un poquito las nuevas y polémicas pestañas a la imagen, ha dicho que actuó con la mejor de las intenciones. Nada que no se pueda corregir. Hasta hay quien dice que ha perdido la Virgen su leve sonrisa, lo cual yo no me creo. Y, si la perdió, será por otra cosa (por ejemplo, porque siga Pedro Sánchez), no porque no le gusten sus pestañas, que a mí personalmente no me desagradan. Hay un antes y un después en ese rostro, según los sevillanos, que estas cosas se las toman muy en serio, porque imaginen ustedes a La Macarena con las pestañas de una artista. Bueno, es la comidilla en Sevilla, en un verano en el que tenemos tanto de que hablar. Pero ya se sabe lo que ocurre cuando a un pueblo le tocan sus tradiciones. ¿Recuerdan lo del Ecce Homo? Hombre, no hay comparación, pero una iglesia aragonesa a la que no acudía ni el Tato, la convirtieron, y aún hoy lo es, en un negocio. Fue una señora, Cecilia Giménez, quien, llena de buena voluntad, convirtió una imagen del Ecce Homo en un cómic, porque su arte no dio para más. Y, además, le otorgaron el 49% de los derechos de recaudación, si no recuerdo mal. 10.000 personas visitan hoy la iglesia de Borja al año, cuando antes no entraba ni el cura. A La Macarena no le hacía falta la cirugía estética para que su templo se llenara de fieles. Ayer, sin embargo, había colas para entrar en la sede mariana sevillana y hoy también. Bueno, que la cosa no vaya a mayores. Personalmente me gusta mucho más el rostro de la Macarena restaurado, aunque respeto todas las opiniones. Pestañas incluidas.