¿Qué hacía Illa en La Moncloa? Quizá una de estas tres cosas, pero sólo quizá. Una, Sánchez lo llama para que le diga algo de aquellas mascarillas, a ver si va a originarse otro escándalo que ya no pueda parar. Dos, para que hable con sus socios catalanes y que no se rajen, como Jalisco. Tres, para que lo sustituya. La tercera, ni de coña, la primera y la segunda, probables. La reunión se convocó con carácter de urgencia. Y dicen quienes han estado con Sánchez en estos días que nunca lo habían visto tan hundido. No le valió de nada la gallada de su segunda comparecencia en Ferraz, en donde basó su ataque en criticar al PP, no en hacer machuca y limpia en el PSOE. Es que no puede porque, como dijo, él es el capitán. Y el capitán responde por los soldados de su compañía. Fíjense en su osadía: para salvarse es capaz de armarla en la OTAN, negándose a elevar al 5% del presupuesto los gastos de defensa. Y la obediente Margarita, callada. No importa: en realidad, Sánchez no tiene ni siquiera presupuesto. Lleva dos años sin él, lo cual es una ilegalidad manifiesta. Pero, a estas alturas, ¿qué importa una ilegalidad más? Sánchez es un pelele de sí mismo y de sus socios, que lo mantienen porque viven mejor con él. Si hay elecciones en agosto, todos los que cobran mucho dinero al mes se van al paro. Incluido Rufián y el señorito vasco, que parecen los más alejados del sátrapa. Illa ha venido a Madrid, quizá como palanganero de Sánchez, a dar consejo a su amiguito del alma y a recibir alguna instrucción, aunque me da que no se deja. Pero a algún recado ha venido. Illa puede salir tocado del lance. Ayer, en el colmo de la confusión, varios ministros de Sánchez vieron cómo sus teléfonos, y creo que hasta sus domicilios, eran subidos a la red de redes. ¿Y no será que lo hicieron adrede para tener la excusa de cambiar los móviles y que los viejos queden borrados? Disculpen, pero yo sospecho de todo ya. Aquí todo el mundo graba a todo el mundo, pero parece que entre las huestes cercanas a Sánchez, entre los chicos del Peugeot, esta era una práctica habitual. No sé, demasiadas noticias para que un cuerpo normal las aguante. La UCO, mientras, entra en Ferraz, entra en Adif, entra en el Ministerio de Transportes. No hay UCO para tanto registro. Sánchez, debajo de la cama en La Moncloa y el Falcon con los motores encendidos, por si acaso. Los empresarios dadivosos, investigados; Ábalos y Koldo, investigados; Santos Cerdán, investigado. Todo apunta al capitán. Todo.
lunes, 1 diciembre,2025





