Pradales, ¿ocho apellidos vascos?

La provincia con más apellidos Pradales de toda España es Burgos, luego Imanol Pradales, el lendakari, no debe ser uno de los famosos apellidos vascos de Dani Rovira en la película del mismo nombre. Pradales habla español perfectamente, luego no le hacía falta pinganillo, en la Conferencia de Presidentes Autonómicos, ni a ninguno de los allí presentes. Isabel Díaz Ayuso hizo muy bien en mandarse a mudar, reventando la conferencia, cuando Pradales se dirigió a los presentes en ese moderno euskera que se tuvieron que inventar porque el auténtico se perdió. Son tan burros que lo dejaron perder. Así que Pradales, que es burgalés de origen, perdió una gran oportunidad de hablar en castellano, que es su lengua materna y paterna. Su segundo apellido es Gil, aunque él haya nacido en Santurce que desde Santurce a Bilbao/ vengo por toda la orilla/con la falda arremangada/luciendo las pantorrillas, aunque me llame Imanol en vez de Manolo, que es como realmente lo habrán bautizado, digo yo, que no lo sé seguro. Ayuso, con un par, se levantó, se mandó a mudar y dejó allí a los demás. Total, para lo que sirvió la conferencia. Sólo para que Sánchez se enfrentara a su correligionario García Page y para que le dejara clarito que elecciones no van a celebrarse hasta cuando toque, en 2027. De momento, porque a Sánchez le puede saltar una piedra en los juzgados y puede que haya que adelantarlas por obligación. Un par de ministros sueltos andaban por los alrededores, entre ellos nuestro Torres, felizmente recuperado, y una tal Mónica, esa que insulta a Ayuso a cada momento que hasta ayer yo no sabía ni siquiera que era ministra. Yo pensé que seguía en la Comunidad de Madrid. Cuando Franco, todos conocíamos los nombres de los ministros, pero con Sánchez, como son tantos y algunos tan becerros, pues uno no les presta mucho interés. Yo, desde luego, no conozco a casi ninguno. Y los confundo, porque ellos tienen las cabezas muy grandes y ellas son sanchistas chillonas, con alguna excepción. Mañana estarán casi todos aquí, en el desfile, pero mejor que se hubieran quedado en Madrid porque producen caos logístico, con sus escoltas y sus canesús. Esta noche llegaba el rey, supongo que se alojará en la suite grande del “Mencey” y que les habrán cambiado los muelles viejos a las camas. Los demás no sé, pero de cinco estrellas no bajan. Y en la zona, de cinco estrellas, sólo el citado.