Ayer me contó una fuente que Sánchez estaba urdiendo no venir a Canarias con el rey. Buscaba afanosamente una excusa para no exponerse a la calle en el desfile de las tropas por Santa Cruz, aunque no la encontraba por ninguna parte. Sánchez está acabado, pero no lo quiere reconocer, ni siquiera aunque los suyos le pidan abiertamente que se vaya: Page, Lambán, Madina. Mientras todo esto sucedía, me llegaba un video de Ana Oramas, en el Parlamento de Canarias, presidiendo la sesión del 9 de abril, en el que se lamentaba del frío y del calor en la sala. Parecía una amita de casa en la grabación que distribuyeron las redes, supongo que extraída de lo que graba el Parlamento de Canarias. Será por grabar. Parece que en la antigua academia de música hay zonas de frío –Bermúdez llevaba una bufanda— y otras de calor. Un diputado sudaba como un futbolista sustituido y estaba gordo como un boliche. ¿Se puede decir que un diputado está gordo o es mejor decir que está gordito? Bueno, pues que me perdone el sudoroso bocoy. Bien, pues a Sánchez le será difícil no venir, en plena tormenta para que se mande a mudar. Todo el mundo quiere que se vaya, como le pasó a González, a Aznar, a Rajoy, a Zapatero, pero este resiste, aunque tenga el futuro garantizado en el Consejo de Estado o en la República Dominicana. En el Consejo de Estado y con una tesis copiada y la corrupción rampante. No tenemos remedio y este tío ha perdido la vergüenza, si es que alguna vez la tuvo. En medio de la ola de corrupción va y se ríe con el que tiene al lado, como si él estuviera al margen de todo. Este caradura irredento no tiene fin, ni sentido del ridículo, ni del brete en el que ha puesto a España. Él y los miembros de su banda que presiden las instituciones del Estado, desde el Banco de España al Tribunal Constitucional. Vivimos una época terrible. Pero este fin de semana, Pedro Sánchez tendrá que estar junto al rey, con el que seguramente no simpatiza mucho, ni siquiera cuando se escondió tras el monarca en Paiporta y cuando se cabreó con don Felipe cuando el rey se quedó en el pueblo valenciano y no salió huyendo, como él, cuando le tiraron el palo de la escoba de la bruja del Turia.
martes, 2 diciembre,2025





