Permitir hoy, como pretenden Sánchez y Bolaños, que las causas penales en España las instruyan los fiscales, sería como si las instruyera el Gobierno, tal y como está la fiscalía en España y su dependencia espuria de los designios del Ejecutivo. Luego no parece prudente que la ley de Bolaños y de Sánchez salga adelante, al menos mientras antes no se produzca una reforma exhaustiva de la fiscalía, desde el fiscal general para abajo, hasta el más modesto defensor público. Ocurre lo mismo que el famoso “quinto turno” previsto por el sanchismo para meter en el circuito judicial y fiscal a mil y pico letrados/iletrados, a su conveniencia ideológica. Es impresentable que esta norma siga adelante, ya sé que tiene muchas dificultades para ser aprobada. En España, en esta década prodigiosa, sólo han dado la talla los jueces y una parte de la prensa. Los demás se han vendido y hay muchas formas de venderse. El culebrón del fiscal general causaría sonrojo en cualquier país del mundo y el papelón del Tribunal Constitucional parece una loa al disparate sobre el planeta Tierra. Sánchez no ejercita sino gestos e ideas para perpetuarse en el poder, que es lo que le interesa. No se sonroja cuando los suyos inventan el bulo de la bomba lapa de Ayuso y tiene un miedo terrible a que a la manifestación del día 8 acuda un millón de personas, porque esta sería la constatación de que ha perdido una calle que lo detesta. La prueba está en que no hay día que la pise y no sea abucheado. Sánchez está relegado a un papel de gallina papanatas, de bulto sospechoso, que no duda en recurrir a las técnicas de los dictadores bananeros –inventarse atentados lo es– como último recurso para dar pena, para provocar simpatías. Bonita forma. Todo lo que inventa este individuo lo hace a beneficio de su propio inventario, no al de la nación española. Ahora sólo acude a los pocos escenarios favorables que lo arropan y cada vez son menos. Incluso tiembla ante Page, que ha demostrado que pertenece al PSOE de la Transición, no al otro PSOE vendido y entregado a un portero de discoteca con pinta de macarra.
martes, 2 diciembre,2025





