Los medios que no entran en la nómina de Sánchez, además de la oposición, le piden la dimisión, pero Sánchez no va a dimitir, a pesar de que ya no puede presentar leyes en el Congreso, porque se las tumban, y de que lleva dos años de la legislatura sin poder aprobar los presupuestos. El suyo es un caso inédito en la historia de España. Sánchez sabe que acabará mal, pero es un osado, no un valiente, y también es consciente de que ha destruido al país y a su partido. Tarde o temprano, la bomba que tiene en las manos le va a explotar y puede acabar en la cárcel –caso improbable— o viviendo fuera del país, porque los españoles le abuchearán en la calle cada vez que lo vean –ya lo hacen— y esto resulta muy incómodo. Vivir así será un sinvivir. De momento, ha tenido que esconder a su mujer tras las tropelías cometidas y los rumores de cosas muy extrañas empiezan a propagarse. Quizá el destino final de ambos sea la República Dominicana, donde parece que tienen, como tienen otros, algunos amigos influyentes. Porque no creo que, por los antecedentes, sea San Petersburgo su nidito de amor post presidencial. Sánchez tiene mil asesores que le dicen cómo debe colonizar las instituciones, pero aunque no lo parezca este es un Estado de Derecho y, tarde o temprano, aparecerá un juez que lo trinque, lo investigue, lo procese y envíe sus casos al Supremo para que lo juzgue. Por eso Sánchez está tan ocupado buscando un presidente a su medida para la Sala II. Tiene muchos frentes abiertos y, por el calor que desprenden sus calderos al fuego, va a caer. Más pronto que tarde. Y lo peor es que cada día que pasa complica más la situación, con tramas urdidas desde las cloacas por pájaros y pájaras que le darán la puñalada a cambio de salvarse ellos. Sánchez ha provocado que España se parezca cada vez más a la Venezuela de Maduro y de Zapatero y a la Nicaragua de Daniel Ortega. Y Europa, que está más puta que nunca, tendrá que intervenir tarde o temprano porque no se puede dinamitar de esa forma la Unión, con un país que va por libre y que pertenece más a la órbita de las repúblicas bananeras que aún quedan en Iberoamérica: Cuba, Nicaragua, Venezuela. Sánchez tiene pocas salidas, a pesar de su espectacular huida hacia adelante.
martes, 2 diciembre,2025





