Ayer se personaron en la sesión clínica del HUC varios agentes de la Policía Nacional. Buscaban a un médico del Servicio de Cirugía General y Digestiva que tiene una orden de alejamiento dictada por un juez, tras la denuncia presentada por una compañera contra él por un presunto acoso sexual. Me ahorro los nombres y otros detalles de la denuncia, tampoco hay que hacer esos alardes, aunque claro que los tengo. El PSOE ha denunciado, incluso en el Parlamento de Canarias, que la Gerencia y la Dirección Médica del Hospital Universitario no hubieran activado el protocolo establecido para estos casos. Quizá no lo hicieron porque el alejamiento físico entre denunciada y denunciante se estaba manteniendo, aunque ello no obsta. El supuesto acosador seguía trabajando, aprovechando que la víctima se hallaba de baja por depresión y se mantenían las distancias. Pero ayer ella se presentó en su servicio, tras recibir el alta. Inmediatamente, los agentes se personaron en el centro hospitalario y, muy educadamente, se dirigieron al supuesto agresor, al que conminaron a presentarse en dependencias policiales por sus propios medios, en cumplimento de la medida cautelar dictada contra él, orden judicial que el destinatario sostenía no haber recibido. Nunca había sucedido esto en el HUC, es una novedad. Fuentes sindicales opinan que el gerente del centro está superado por los acontecimientos –no sólo por estos relatados sino por el caos en urgencias, por ejemplo—; y que el director médico no da una. No sé, yo no piso el HUC, por si acaso, y si cuento todas las historias que me llegan, ustedes tampoco lo pisarían. Mientras, el otro hospital de referencia, el de La Candelaria, funciona muy bien. Pero a mí me toca el HUC, coño, tengo mala suerte. Al gerente lo colocó Fernando Clavijo, directamente, y al director médico lo nombró o lo confirmó –supongo— el gerente, que tiene bastante poca idea de gestión hospitalaria. Pero ha dicho Clavijo que no lo mueve y también le ha ordenado a la consejera de Sanidad –aseguran mis fuentes— que el tema del HUC se lo dejen a él. Vamos a sacar unas cuantas historias del centro en los próximos días, estamos comprobando datos y consultando a sindicatos y trabajadores del hospital. Ya hay un largo informe de los enfermeros de urgencias que habla del caos en este servicio, que no ha sido resuelto. Lo más doloroso es la ausencia absoluta de privacidad para los enfermos, que están literalmente tirados en los pasillos de urgencias, a veces hasta más de dos días. ¿Qué pensarán del valor de sus impuestos ellos y sus familiares? Miren, me da que al HUC le han robado su identidad y que a aquel hospital, orgullo de la sanidad en Tenerife que fue un día, le han quitado hasta el alma. Y a los enfermos, su dignidad. Acosos y daños reputacionales aparte.
martes, 2 diciembre,2025





