El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, destituyó este jueves a su consejero de seguridad nacional, Mike Waltz, marcando la primera salida significativa de un miembro de su equipo en su segundo mandato. La decisión, confirmada por múltiples fuentes, se produce tras semanas de tensiones dentro de la administración, exacerbadas por el escándalo conocido como «Signalgate», que expuso fallos de seguridad en las comunicaciones del equipo de Waltz.
El incidente que desencadenó la controversia ocurrió en marzo, cuando Waltz, un excongresista de Florida y veterano de combate, incluyó accidentalmente al editor jefe de The Atlantic, Jeffrey Goldberg, en un chat de Signal donde altos funcionarios discutían planes militares para un ataque contra objetivos hutíes en Yemen. La filtración, que reveló discusiones sensibles, generó críticas internas y externas, con algunos miembros de la administración y aliados de Trump, como la activista Laura Loomer, exigiendo su salida. Loomer, quien había presionado a Trump para purgar al Consejo de Seguridad Nacional (NSC) de personal considerado desleal, celebró la decisión en redes sociales, donde se refirió al despido como un «triunfo».
Fuentes cercanas a la Casa Blanca indicaron que Waltz, junto con su adjunto Alex Wong, presentó su renuncia este jueves, aunque otras informaciones sugieren que Trump ya había planeado su destitución desde hace días, molesto por el manejo del escándalo y por lo que percibía como una falta de alineación con su agenda «America First». La relación entre Trump y Waltz se había deteriorado, particularmente tras la intervención de la jefa de gabinete, Susie Wiles, quien lideró los esfuerzos para encontrar un reemplazo. Steve Witkoff, un enviado especial y confidente cercano de Trump, conocido por negociar acuerdos de paz en Gaza y Ucrania, emerge como el principal candidato para suceder a Waltz.
A pesar de que Trump defendió públicamente a Waltz tras el incidente de Signal, afirmando que había «aprendido la lección», la presión interna y la percepción de que Waltz no coordinaba eficazmente la política exterior entre las agencias gubernamentales habrían sellado su destino. El despido de Waltz también coincide con la salida de otros funcionarios del NSC, incluyendo a seis empleados despedidos a principios de abril, en un movimiento que algunos analistas ven como parte de una purga más amplia para consolidar la lealtad dentro de la administración.
El anuncio oficial de la destitución de Waltz se espera en las próximas horas, posiblemente durante el evento del Día Nacional de Oración en la Casa Blanca. Mientras tanto, la salida de Waltz, considerado un halcón republicano tradicional, ha generado preocupación entre socios europeos y asiáticos de Estados Unidos, quienes lo veían como un defensor de alianzas tradicionales como la OTAN, en contraste con las posturas más aislacionistas de otros asesores de Trump.
