La CIA ha desclasificado unos documentos, que seguramente hurtaron a los soviéticos, que dicen que 21 soldados de la antigua URSS fueron convertidos en piedra cuando un ovni repelió la agresión de los milicos, que habían disparado al disco volador. Fue en Siberia, en 1991, el último año de la URSS, y los soldados quedaron convertidos en estatuas, como la mujer de Lot, pero en plan pedernal. Joder, qué cosas. O sea, que lo de los ovnis es verdad, como sostiene sin reservas mi amigo Juan Reyes, comandante que fue de Air Europa, que vio uno del tamaño de la isla de Gran Canaria, debajo de su avión, en la vertical de Santiago de Compostela, pero en el mar. Juan no para de repetirlo y yo le creo, porque es hombre serio. Ahora este documento de la CIA revela que un ovni convirtió a 21 soldados de la antigua URSS, en sus estertores, en estatuas de piedra, que no sé si se conservan o no o los restos de las URSS lo dinamitaron. Es estúpido pensar que seamos los únicos en el universo y no hay que descartar otras civilizaciones más avanzadas. Un amigo mío sostiene que los verdaderos extraterrestres son los pulpos y nosotros nos los comemos. Y buenos que están a la vinagreta o a la gallega. O con aceite y pimienta de la puta la madre, además de un chorrito de vinagre macho del bar Guaidal de Güimar. La CIA no ha probado el vinagre macho, pero sí ha leído el documento de 250 páginas, ahora desclasificado, que informa del lance de Siberia en el que 21 soldados de la URSS, a punto de extinguirse, quedaron convertidos en piedra pómez. Pobre gente. Cinco alienígenas bajitos –dice el informe—, más o menos de la altura de Juanito Cruz, bajaron del ovni derribado y lanzaron un haz luminoso que tumbó a 21 de los 23 miembros de la unidad rusa. De la nave derribada salieron cinco enanos cabezones de ojos negros y grandes y cabreados, que se fusionaron en uno solo y luego se transformaron en bola, como huevo prehistórico, o como la de Jaimito, pero enorme, explotando y provocando gran estampido luminoso. La deflagración tumbó a los milicos, menos a dos, que se encontraban a la sombra. Y que lo contaron. La CIA tiene el informe desclasificado ya, lo que lo convierte en un best-seller de dominio público. A mí que me registren, yo me limito a contar lo que he leído. Con fidelidad milimétrica, pero mañana no salgo, por si acaso.
martes, 2 diciembre,2025





