Yo creo que deben hacer ministra a Jenni Hermoso. Es de justicia, después de lo que ha pasado. El Gobierno se Sánchez se arrodilla ante la futbolista porque a Rubiales, que es millonario, le han puesto una multa/piquito de 10.800 euros, que eso para el ex presidente hortera de la RFEF es calderilla. Y Jenni será ministra de Deportes en un plis/plas, ya lo verán. Zapatero, el de los chalets, se ha ido a negociar con Puchi a Zúrich, creo que con Santos Cerdán, el del sobre –presunto– en un bar de Madrid y Monedero despierta el entusiasmo de los podemitas, encabezados por esa chica de ojos bonitos llamada Ione Belarra, todo un amor. Y España sigue su curso, con Sánchez agazapado y nacionalizando moros, que ya lleva casi 300.000, para que voten por él. Vuelve la España mora y eso mola, porque los moros trajeron a nuestro país cultura, saber y artesanos de techos y cornisas, hasta que Isabel y Fernando, ya al final, y don Pelayo, que lo empezó todo lanzando flechas en Asturias, les dieron por saco (a los moros) en las batallas que se sucedieron durante el principio y el final de la Reconquista. Estoy leyendo a Pierre Vilar y su “Historia de España”, libro que le recomiendo a Sánchez, que yo creo que no ha leído un libro en su vida y también que su biblioteca cabe en una mesa de noche. Si lo leyera o leyese, Sánchez aprenderá cuáles han sido los errores y los aciertos de los españoles en general, aunque él no habría aparecido nunca en ese librito editado por Crítica/Austral. Se trata de una síntesis maravillosa de nuestra historia, que nadie se explica por qué prohibió la censura franquista, como lo prohibía casi todo, porque los censores del régimen eran burros no, sino lo siguiente. Jenni Hermoso, pues, será nombrada ministra de este Gobierno, más temprano que tarde, porque el piquito de Rubiales la ganó para la causa, mientras Monedero, el conde de Galapagar y Errejón cabalgan por Castilla. Yo los pondría a los tres a pintar la Facultad de Ciencias Políticas, que es un cochinal, porque el chiquerismo y el chicharrón (que allí llaman torrezno) van unidos a esa izquierda rancia que engañó a muchos votantes de este país. Para entrar en aquel vestíbulo hay que usar guantes, porque uno accede y se ve rodeado de guarrindongos y guarrindongas, mal vestidos y de nauseabundos carteles, propios de una universidad de Nigeria. Al menos así era cuando yo fui por allí la última vez y juré que jamás pisaría aquel templo de la mierda. Bueno, pues Jenni ministra. Esto no tiene marcha atrás. Y los tres de Castilla dando conciertos por la pradera, con el dinero de Irán, Venezuela y nuestro Congreso. Y Zapatero comprándose casas para él, Sonsoles y las góticas. Es la nueva España, hermanos.
martes, 2 diciembre,2025





