Bueno, pues Isaac Valencia tendrá un busto en La Orotava, ciudad que rigió durante un cuarto de siglo, o así. Merecido. Isaac tiene ochenta y tantos y fue un grandísimo alcalde. Pero muy grande, el mejor de los últimos años en la Villa. Y eso que tuvo la Villa buenos ediles, como Juan Cúllen, que vivía de noche, Pepe Estévez, Francisco Sánchez. Pero como Isaac, ninguno. Pasó de enseñar en Aparejadores y de hacer muebles primorosos a la alcaldía orotavense. Hizo una Villa nueva, sobre todo en los barrios altos. Se rodeó de excelentes colaboradores y, ya digo, cumplió toda una época en el cargo. El actual alcalde, Paco Linares, es una obra política de Isaac y también lo está haciendo muy bien. Puede decirse que hay una Orotava de antes de Isaac y otra de después. Pues me alegro de ese busto en vida, porque que a uno le rindan homenajes después de muerto me parece una jodienda.
Cambio de tercio. Se puso un poco borde Patricia Fernández anoche, a la que llamé –por encargo de Inurria—para que me contara algo del premio Chanvergas, que le entregaron al presidente de la Mutua Tinerfeña y a la que ella asistió, no sé si en representación de El Burgado, porque no controlo las representaciones. Parece que anoche estaba cenando con alguien que la estaba poniendo de mal humor, pero yo no fui. El premio Chanvergas, al que Patricia asistió, recayó, ya digo, en el presidente de la Mutua Tinerfeña, Juan A. López de Vergara.Al final me lo contó Inurria, que tampoco sabía mucho. Bueno, hija, pues que se te pase el mal humor y no me contestes de mala leche otra vez, no seas atrevida, porque entonces no te vuelvo a llamar. España y yo somos así, señora. A mí no me gusta molestar, pero, claro, tenía que comentar la foto que me envió Inurria padre. En todo caso, por la foto verá la gente que ibas muy elegante, Patri. Y el premiado también.
Pues resulta que dos de los frankenstein de Sánchez –Bildu y ERC— votaron a favor de una ley que acelera echar a los okupas que entran ilegalmente en las viviendas; votaron en contra de sus dudosos principios (de los de los propios okupas, de los de Bildu y de los de ERC). Y están que trinan. Eso les pasa por no leerse las cosas, por ir a cobrar al Congreso nada más. Pues que se jodan. La propuesta era del PNV y ahora habrá más celeridad judicial para lanzar a esos caraduras que se meten en viviendas que no son suyas, protegidos por la indecencia de algunas leyes de este solar patrio, como se decía en los tiempos de Pemán. Y así se acabó el día, molido como un zurrón, y llenito mi estómago tras un almuerzo en La Sidrería con tres amigos: Juan-Manuel García Ramos, Carlos Díaz-Bertrana y Aurelio González. Fabada, ideal para los divertículos. Han leído bien todo, incluso lo último.
